Dado que la disrupción es la principal tendencia para los próximos años, el uso inteligente de la tecnología sigue estando en el centro de la discusión sobre la importancia de la experiencia del consumidor en el punto de venta. No obstante, en NRF 2018 quedó claro que no es el único factor. 

La 107 edición de la NRF Retail’s Big Show demostró que no sólo de eso vive el futuro del consumo. Una serie de otros factores atrajeron la atención sobre la estrategia de éxito de algunas marcas con las cuales tuvimos contacto.

La transparencia está en el foco de la atención y es responsable de la creación de nuevos y sorprendentes modelos de negocio. Además, la tendencia se condice con los deseos de la nueva generación de consumidores, que tienen una relación diferente con el capitalismo.

El año pasado sorprendió la compañía que fundó Jessica Alba, The Honest Company, una empresa que nació porque sus visionarios fundadores necesitaban una marca a la que pudieran recurrir para obtener información y productos confiables. En la apertura de la edición del NRF 2018, en la segunda conferencia del día, se vio nuevamente esta idea pero con mucha más fuerza, yendo un paso más allá. Este es el caso de Beauty Pie, fundada por Marcia Kilgore. Beauty Pie viene a patear el tablero con una propuesta provocativa, donde la promesa es hacerle llegar a las consumidoras de belleza productos de lujo a precios de fábrica.

Marcia cuenta que el costo de producción de los cosméticos es un 10% del precio de venta al público y esto no le parece nada justo, por esto mismo Beauty Pie trabaja sin intermediarios, sin canal de distribución o minoristas, sus productos van desde la planta a la casa del cliente. Esto en algunos casos genera hasta un ahorro del 85% del precio pagado regularmente en las tiendas. Marcia se autodenomina el “Netflix de los cosméticos”.

Además su comunicación de marketing es tan osada como la propuesta de valor, los avisos callejeros anuncian: “Lápiz labial de lujo por menos de lo que pagas tu Latte”. El modelo de negocio de Beauty Pie funciona mediante una suscripción que cuesta solo USD 10 por mes, y a partir de eso las clientas tienen acceso a los costos de los productos para poder comprar con total transparencia y visualizan el ahorro generado versus los canales minoristas tradicionales.

Antes de la existencia de Beauty Pie, Marcia Kilgore estaba obligada a lidiar con muchas fases hasta que su producto llegará a las manos del consumidor. Sin este proceso de intermediación, el diferencial de precio al consumidor final baja de 85% a 0. Es de esta economía que procede el descuento beneficioso para ella y el consumidor.

Fuente: Marco Mkt