Locales de alimentos: el rubro que le ganó a la pandemia

Desde el inicio de la cuarentena los negocios de alimentos fueron uno de los pocos rubros abiertos al público y esenciales. Hoy, a casi dos meses de aislamiento social, los que apostaron a las franquicias de Lácteos Luz Azul duplicaron sus ventas y atravesaron la crisis.

A comienzos de la cuarentena el panorama con el que se enfrentó Gabriela Benac, dueña de lácteos Luz Azul fue complicado: “la vimos muy difícil porque se había caído enormemente la venta mayorista con el cierre de locales gastronómicos. Hubo un descenso  muy fuerte de venta de muzzarella y varios tipos de quesos que nos compraban en cantidad” explica Benac.

Pero con el paso de las semanas y atendiendo al cambio de consumo en sus locales consiguieron acomodarse. “Las ventas del queso cremoso se cuadruplicaron, lo que antes se vendía en un mes ahora se vende en una semana. Ahí tuvimos que cambiar la línea de producción y enfocarnos en este queso blando que era la lo que el cliente más compraba”.

¿El motivo? El queso cremoso –a $339,90 el kilo- es un queso muy versátil que se puede usar en pizzas, empanadas, tartas o en pan. En sintonía a este caso, las ventas de Dulce de Leche de 400 grs y 1 kilo también aumentaron notablemente: por ejemplo, de vender 18000 potes de 400 gr  mensuales, pasamos a vender 54000 mil potes de 400 gr en 1 mes.

“Fue muy raro como se dio vuelta el tipo de consumo. Las ventas hogareñas fueron la clave en nuestro negocio y nos convertimos en su local de cercanía confiable y reforzamos la importancia de que sea directo de fábrica” afirma Benac y agrega: “la gente compró menos veces pero en mayor cantidad, entonces se generó mucho la venta de media horma u hormas enteras”. Además, la incorporación de envíos a domicilio (antes no tenían) fue un servicio que pusieron  en marcha rápidamente, lo cual favoreció también mucho la venta.

Franquicias de alimentos, a prueba de crisis

El modelo de franquicias de Luz Azul empezó con un primer local en La Plata; en la actualidad, además tienen presencia en Azul, Necochea, Mar del Plata, Tres Arroyos, Olavarría, La Plata, City Bell, Tandil, General Pico y Santa Rosa (La Pampa), Ciudad de Buenos Aires –Almagro, Núñez, Villa Crespo, Caballito, Flores, Villa Urquiza, Recoleta, Belgrano–, Concordia (Entre Ríos), Saenz Peña (Chaco), San Luis Capital, Campana, Tigre, Vicente López, Pacheco, Neuquén, Chascomús, Laprida y San Miguel de Tucumán. “Son franquicias que salen directamente desde nuestra fábrica. Conocemos el producto desde el campo, ofrecemos un producto de calidad asegurada. Recolectamos la leche, procesamos el queso y en nuestro propio transporte hacemos que llegue hasta el franquiciado. La diferencia es real”, sostiene Benac.

Así fue como también en plena pandemia los pedidos para abrir franquicias llegaron de varios sectores. “Recibimos  pedidos de gente que se dedicaba al turismo, gastronomía o eventos y que ahora necesita reinventar el negocio y con los ahorros que les quedaron poder invertir en un negocio que demostró ser rentable en la peor crisis de salud y económica mundial”.

En el corto plazo y apenas el Gobierno provincial y nacional flexibilice y autorice algunos puntos abrirán su sucursal número 37 en la provincia de San Juan y luego en Monte Grande (Gran Buenos Aires) .

La inversión es desde u$s50 mil y el recupero se da entre los 12 y 18 meses después de la apertura. Luz Azul acompaña y asesora con su equipo profesional a cada nuevo emprendedor que decide abrir un local.

“Nuestro rubro y  modelo de negocios demostró que es a prueba de pandemias y crisis profundas. El que apostó a Luz Azul, ganó” finaliza.